Un señor viejito pasa con su carrito de compras y bien puesto su sombrerote. En su carrito lleva los jitomates y el epazote. Bajo la sombra de su sombrero toma cuidadosamente cada pasito, y sobre él ¡El solesote!
Luego al atardecer, pasa otro señor, esta vez jovencito, ya cuando el día empieza a cerrar su ojito. A empujones lleva su carrote de ventas y en el: raspados, chicharrón, y
¡E-lo-tesss!
Con prisa toma cada pasote mientras brincando anima su sombrerito. Crece la cena en su paladar, y en sus ojos crece la noche. Mientras el día se cansa y empieza a guiñar, se despide el día pero no sin dejar pósitos de si; Que ganas no faltan por abrir ¡El ojote!